El Derecho
Penal es la herramienta más violenta con la que cuenta el Estado para reprimir
conductas que cataloga como ilícitas y que atentan contra bienes jurídicos
merecedores de este tipo de protección. Es una herramienta violenta pues emplea
las sanciones más duras con las que se puede reprimir un hecho ilícito: la pena
privativa de libertad[1]. Lamentablemente, muchos
Estados –incluido el nuestro– vienen promulgando políticas basadas en mero populismo punitivo; es decir, creer y
hacer creer a la sociedad que el incremento de penas y la creación de nuevos
delitos son la solución perfecta para acabar con la delincuencia[2]. El siguiente cuadro
resume de manera general el círculo vicioso creado alrededor de los problemas
sociales y el populismo punitivo:
Dicho esto, pasaré a
explicar la relación entre el fútbol –de manera particular, el grave problema
social vinculado a las denominadas barras
bravas–, los medios de comunicación y el populismo punitivo estatal.
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Las barras bravas son un grave problema social pero el endurecimiento de las penas no es la solución más adecuada para combatirlo. Fuente: El Otorongo |
Este artículo fue publicado originalmente en Enfoque Derecho.com